Hace un año, el mundo se paralizó ante la muerte la reina Isabel II. Aunque era un secreto a voces que su salud iba en detrimento, la familia Windsor no estaba preparada del todo para ese fatídico momento.
El Palacio de Buckingham planeó por mucho tiempo la Operación London Bridge con instrucciones precisas para cuando Isabel II dejara este mundo. Finalmente, la improvisación y la transición hacia el reinado de Carlos III fueron resueltas de último minuto. A un año de distancia, hay mucho camino por recorrer para la Corona Británica.
Expertos en realeza se regocijan al hablar de lo sucedido a lo largo de un año, y no precisamente en un tono positivo. Noticias, declaraciones y movimientos estratégicos ha habido muchos, pero no todos tan puntuales y eficientes para la Institución que Isabel II se encargó de preparar antes de su muerte.
Sin embargo, la reina se tomó su tiempo. Justo después de la muerte de su esposo, el príncipe Felipe, en abril de 2021, aceleró y ajustó algunos cambios necesarios para la transición de la corona británica. Ella sabía que su hijo Carlos no era del agrado de los británicos y su esfuerzo se duplicaría al tratar de que la gente lo aceptara como el nuevo rey.


Las encuestas no daban tregua y más bien era al príncipe William a quien el pueblo quería en el trono. A su vez, la reina Isabel II lidiaba con los escándalos del príncipe Andrés y el príncipe Harry. No está de más mencionar que se trataba de su hijo y nieto favoritos.
Pero la reina era implacable y su servicio a la Corona estaba por encima de todo, así logró resolverlo de la mejor manera. Finalmente, tras la muerte de Isabel II y a un año de distancia, las cosas para la Institución y la Familia Real Británica no han salido del todo mal. Sin embargo, vale la pena hacer un recuento de los factores que tuvieron que sufrir ajustes para continuar con el legado de la reina.
La ‘dudosa’ popularidad de Carlos III a un año de la muerte de Isabel II
Carlos III desempeña el papel para el que nació y había esperado toda su vida. Tras morir su padre, la reina lo ‘aventó’ sin piedad a los eventos oficiales que no estaba acostumbrado a cubrir. La monarca sabía que la popularidad del heredero al trono estaba por los suelos, pero lo puso a trabajar… mucho más. Expertos en realeza aseguran que el ahora rey de Reino Unido era errático y no tan eficiente.


Carlos III prefería hablar del medioambiente y no estar al tanto de los informes que le enviaba el Gobierno británico. Su oficina era caótica y cambiaba su agenda de manera repentina y de acuerdo a su humor. Pero eso cambió en cuanto su madre lo puso a trabajar y, ahora que es rey, sus días de trabajo terminan hasta altas horas de la noche.
Si bien en cuanto subió al trono fue recibido a huevazos en más de una ocasión, la forma en que ha manejado las crisis de sus hijos William y Harry han sido aplaudidas. Aunque cabe mencionar que no están resueltas. Isabel II volvería a morir, según los expertos en realeza, al ver que sus nietos siguen distanciados. Esa fue su única tarea incompleta antes de su fallecimiento.
El sacrificio de Isabel II para evitar un problema mayúsculo en el Palacio tras su muerte
Lo inimaginable sucedería incluso antes del fallecimiento de la monarca. Al saber que sus días estaban contados y su hijo Carlos III necesitaba un ’empujón’ mayúsculo, hizo un último sacrificio. El día que cumplió 70 años en el trono, Isabel II ordenó que Camilla Parker sería conocida como ‘reina consorte’, una decisión que a un año de su muerte todavía no asimilan del todo los británicos.
Su deseo por empujar la popularidad de Carlos y Camilla llegó hasta lo más alto de su jerarquía para así dejarle a su hijo un largo camino recorrido para bien. Aunque su decisión fue sumamente cuestionada, la reina logró hacerlo a tiempo aún cuando implicó un gran sacrificio para ella. La sombra de Lady Di se hizo presente una vez más en el Palacio de Buckingham precisamente porque la gente se preguntaba si Camilla sería mejor reina que Diana.
El príncipe William y Kate Middleton, ¿los príncipes más populares tras la muerte de Isabel II?
La reina sabía perfecto que lo mejor para la Institución era centrarse en William y Kate. Isabel II quería que, tras su muerte, el público los viera como el verdadero futuro de la corona y ordenó una fuerte campaña de comunicación para ellos. El ingreso a redes sociales de los príncipes de Gales no fue en vano y la estrategia funcionó de inmediato.


Ahora, bajo el reinado de Carlos III, él no desea que nada ni nadie eclipse su trabajo, y mucho menos su popularidad. Sin embargo, el monarca ha sabido manejar la imagen de su hijo y su nuera de manera positiva. Si bien, el príncipe de Gales sigue siendo el más querido, por ahora ocupa el lugar que le corresponde como futuro heredero al trono y se encuentra al servicio total y absoluto de su padre.
Quizá el único escándalo no resuelto del todo y que, aseguran, Isabel II estaba al tanto, es de la supuesta infidelidad de William a Kate. Pero ahí es donde Kate ha trabajado mucho más para salvar la popularidad de ambos y en cada oportunidad demuestra lo bien que marcha su matrimonio.
Lo único quizá que falta por resolver es esta cercanía entre los príncipes de Gales y el príncipe Andrés, a quien William quería desterrar tras sus escándalos por abuso sexual. Curioso fue verlos hace apenas un par de semanas compartiendo el mismo auto mientras acudían a un servicio en el Castillo de Balmoral. Algo inimaginable, pues al tío incómodo lo habían hecho a un lado ahora que Isabel II no estaba para defenderlo.


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Los retos pendientes de los Windsor
Siempre habrá baches que cubrir y obstáculos que brincar para el rey Carlos III. Tras la muerte de su mamá, Isabel II, a un año de distancia y tomando en cuenta su reinado tan extenso, hay mucho trabajo y camino por recorrrer todavía. Si bien las encuestas lo favorecen, su país se encuentra en una grave crisis económica y el pueblo está sumamente dividido tras el Brexit.
Los escándalos no cesan en la familia, principalmente por culpa del príncipe Harry y Meghan Markle. La salida de su documental, que por fortuna se atrasó con la muerte de Isabel II, fue un golpe muy bajo para la Familia Real Británica. De ahí llegaría la publicación de Spare, el libro de memorias del príncipe con balas aún más directas hacia su papá, su hermano y su cuñada. Posterior a eso, un juicio contra los tabloides británicos para defender a su esposa y ‘manchar la imagen de su hermano’. Por último, la presencia de Harry en la coronación de Carlos III que pasó sin pena ni gloria.


Aunque el rey no sabe cómo lograr una reconciliación entre sus hijos, lo cierto es que mientras más ataques reciben de los Sussex, la popularidad de Carlos III y el príncipe William sube como la espuma. Algunos británicos afirman que tras su verano en Balmoral, el rey y su heredero unieron fuerzas y crearon un nuevo plan para poner un alto a Harry. Con suerte, una posible reconciliación entre ambos pondría fin a sus ataques para quitarle fuerza y que la familia pueda librarse de ‘ese problema’.
A un año de la muerte de Isabel II, el Palacio de Buckingham ha trabajado a marchas forzadas para cubrir los ‘vasos caídos’. Sin duda hay mucho por hacer todavía para salvar y sostener la Institución que la monarca construyó a lo largo de 70 años de reinado. El mayor trabajo será dejar la Corona en un mejor lugar para asegurar por varios años más a la monarquía británica.