Oficialmente, con la coronación del rey Carlos III, Camila ha pasado de ser “reina consorte” a ser coronada como “reina”. Aunque desde antes ya se hablaba de este “ascenso” en su título real, lo cierto es que no representa una cambio sustancial en su estatus, pero muchos creen que sí puede tener un gran impacto en su imagen.
El camino de Camila hacia la aceptación de su pueblo ha sido largo… y nada fácil. Para empezar, lleva décadas soportando el acoso de la prensa. Tuvo que sobrellevar los titulares que la denigraban por ser “la otra”. Además de ser considerada por muchos como la villana que destruyó el matrimonio entre Carlos y Diana, con quien se le comparó infinidad de veces.
No todos los ingleses aceptan y quieren a Camila, la nueva reina de Reino Unido. Lo cierto es que, con el tiempo, se han acostumbrado a verla siempre al lado del rey Carlos III.
Sobre su título, según informó The Telegraph, “el personal del Palacio de Buckingham quiere eliminar el término ‘consorte’ del título de Camilla” en gran parte “para alinearla con las esposas de los reyes que la precedieron a lo largo de los siglos”. En un inicio, se le llamó “reina consorte” para diferenciarla de la recién fallecida reina Isabel II. Ahora que los meses pasaron, ya no hacía sentido conservar el “consorte”.
¿Cómo se conocieron Camila y el rey Carlos III?
Camila Rosemary Shand nació en Londres, Inglaterra, el 17 de julio de 1947. Aunque su familia era de clase alta, rica y con buenas conexiones, no formaba parte de realeza. Afortunadamente para Camila, su formación en Suiza la preparó para la vida como debutante en la sociedad londinense. Era una chica popular.
Carlos la conoció cuando ambos eran jóvenes veinteañeros. Se dice que el entonces príncipe se enamoró inmediatamente de ella –al igual que ella de él–; sin embargo, el destino de Camila la llevaría a casarse, en 1973, con un oficial del ejército británico llamado Andrew Parker Bowles, con quien había mantenido una relación intermitente desde mediados de los años 60.



Durante décadas, la pregunta ha sido: ¿por qué no se casó con el joven heredero de la corona británica? Los amigos de Camila han especulado que simplemente ella nunca se vio a sí misma como material para ser reina.
A pesar de que el amor de Carlos y Camila no había llegado hasta al altar, siguieron formando parte de la vida uno del otro. Se movían en los mismos círculos sociales. Carlos y Andrew Parker Bowles jugaban al polo juntos y, de hecho, la pareja pidió al príncipe que fuera el padrino de su primer hijo, Tom.
Camila en su rol de amante del entonces príncipe Carlos
La vida continúa y, por más dolido que estuviera Carlos, tendría que cumplir con los protocolos dictados por la corona. El 29 de julio de 1981, el príncipe de Gales se casó con Diana Spencer, una joven aristócrata de apenas 20 años y con quien había mantenido un noviazgo de dos.
El enlace entre Lady Di y Carlos nunca funcionó. En el libro “Diana: su verdadera historia”, el autor Andrew Morton detalló cómo la princesa estuvo a punto de cancelar la boda dos días antes de que se celebrara, después de encontrar una pulsera que Carlos había mandado hacer para Camila.
Así, la sombra de Camila estuvo presente durante los 15 años que duró el matrimonio entre Lady Di y el príncipe Carlos. Todos llevamos en la memoria la épica entrevista que Diana concedió a la BBC en 1995, cuando declaró: “Éramos tres en este matrimonio”.



¿Cómo logró Camila casarse con el príncipe Carlos?
Fue en 1995 cuando Camila se divorció de Andrew Parker; un año después, oficialmente, el matrimonio entre Carlos y Diana terminó. Aunque el ahora rey haya sostenido que su relación con Camila se retomó por esas fechas, la prensa británica ya había impreso varios titulares revelando que siempre se habían mantenido unidos.
El hecho de que Camila eligiera estar con él, a pesar de la hostilidad pública y el trastorno que supuso para su propia familia, especialmente para sus dos hijos Tom y Laura, es una muestra de la fuerza de su amor hacia Carlos.
Incluso, cuando tras la muerte de Diana en 1997 las críticas se recrudecieron, Camila permaneció al lado de quien seguramente es el amor de su vida.
Después de un par de décadas de amor clandestino, los sentimientos de Carlos se impusieron a los protocolos reales. Así comenzó una campaña, cuidadosamente orquestada, para mejorar la reputación de Camila ante la opinión pública.
En 2005, Carlos y Camila se casaron en una pequeña ceremonia civil en Windsor Guildhall, algo que muchos británicos aplaudieron, para sorpresa de la familia real.



Su destino: ser la reina de Reino Unido
Debido a lo insólito de todo este embrollo amoroso para la corona británica, durante muchos años se habló de que Camila no debería ser nombrada reina consorte, una vez que Carlos ascendiera al trono.
Aunque legalmente tenía derecho a usar el título, la línea oficial era que solo se le llamara princesa consorte, como una manera de apaciguar a quienes la culpaban por el divorcio entre Carlos y Diana.
Pero fue la propia reina Isabel II quien terminaría con la disputa al declarar, a principios de 2022, que era su “sincero deseo que, cuando llegue ese momento, Camila sea conocida como reina consorte”.
A pesar de que la plena aceptación de Isabel II tardó en llegar, con esto se puso fin a cualquier debate público: la mujer se había ganado su lugar al lado del rey Carlos III como Camila, reina consorte del Reino Unido.
La relación de Camila con los hijos de su esposo: Harry y William
En 2005, unos meses después de que su padre y Camila contrajeran matrimonio, el príncipe Harry dijo que Camila era una “mujer maravillosa”, que había hecho muy feliz a su padre. Y añadió: “William y yo la queremos mucho y nos llevamos muy bien con ella”. Lo cierto es que se dice que el rey Carlos tenía mucho miedo de que Harry, en su libro de memorias Spare pudiera hablar mal de ella algo que no ocurrió precisamente.
“Ella es mi madrastra. No la veo como una madrastra malvada. Veo a alguien que se casó con esta institución y ha hecho todo lo posible para mejorar su propia reputación y su propia imagen, por su propio bien”, contó Harry sobre Camila, aunque sí aceptó que tanto William como él le pidieron a su papá que no se casara con ella. Simplemente porque “no creíamos que fuera necesario. Pensamos que iba a causar más daño que bien y que si ahora estaban juntos, eso seguramente sería suficiente”.



Lo que sí reveló es que en algún punto la relación de Camila con los medios británicos, con los que Harry ha tenido muchos problemas, se convirtió en un “peligro”: “La hizo peligrosa por las conexiones que estaba forjando dentro de la prensa británica. Y hubo voluntad abierta en ambos lados para intercambiar información. Y con una familia basada en la jerarquía, y con ella, en camino a convertirse en reina consorte, habría afectados por eso”, aseguró el príncipe Harry.
Al final, Harry aseguró que hace mucho que no habla con ella y que su relación es cordial. Por su parte, William jamás ha hablado sobre ella, sin embargo, el los actos públicos que coinciden ambos se ven amigables entre sí.
Camila y Carlos, eternos enamorados
Hoy, Camila tiene 75 años (es un año y cuatro meses mayor que el nuevo rey). Abuela y madre cariñosa, su vida gira en torno a su amado esposo Carlos III y sus hijos: Tom y Laura, de 47 y 44 años, respectivamente.
En cuanto a su trabajo como parte de la familia real, la reina ha dejado huella en ámbitos que le apasionan, como la lucha contra la osteoporosis –que afectó a su madre y a su abuela–, el abuso doméstico, la violencia sexual y otros temas.
Carlos y Camila llevan 17 años de feliz matrimonio. La gente más allegada a ellos los describe como una pareja estable que se quiere y se respeta.
“Siempre es bueno tener a alguien de tu lado”, declaró Carlos a CNN en su décimo aniversario de bodas. “Ella es un enorme apoyo y ve el lado divertido de la vida, gracias a Dios”.
“A veces no coincidimos”, dijo Camila sobre su vida en común, “pero siempre encontramos tiempo para sentarnos juntos y tomar una taza de té para comentar el día”.
Acaso la historia del rey y la reina de Reino Unido no sea el típico cuento de hadas. Sin embargo, su amor es verdadero y ha resistido todas las pruebas, incluida la más dura de todas, la del tiempo.