Hoy se cumplen 26 años de la impactante y sorpresiva muerte de la princesa Diana. Y es precisamente a tantos años de distancia que hasta ahora se dan a conocer algunos detalles que involucran a la Casa Real Británica desde entonces. Y es que la reacción de la familia real ante la muerte de la princesa Diana que algunos vimos o leímos hace más de dos décadas, es distinta a la que ahora sale a la luz.
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La sorpresiva muerte de la princesa Diana y el shock de la familia real
Aquel 31 de agosto de 1997, el mundo se paralizó ante la tragedia. Lady Di sufrió un accidente automovilístico en el Puente del Alma en París, luego de una persecución paparazzi. Minutos después, de acuerdo a varios informes, la princesa Diana fue declarada muerta en el Hospital de la Pitié-Salpêtrière. Ante la tragedia, la familia real se tardó en reaccionar a pesar de que tuvo un par de horas para hacerlo. El trágico accidente ocurrió a altas horas de la madrugada y alrededor de las 4:30 am, el ahora rey Carlos III se enteró de la fatídica noticia.


La reina Isabel II fue la primera en saber de la noticia poco después de las 3 am a través de una llamada de su secretario privado. La familia real vacacionaba en el Castillo de Balmoral en Escocia. Pero la reacción atónita de la monarca fue inverosímil. “Alguien debe haber engrasado los frenos”, de acuerdo a la biógrafa real Ingrid Seward en el libro The Queen’s Speech: An Intimate Portrait of the Queen in Her Own Words. Hora y media más tarde, Carlos tomó el teléfono y se derrumbó. “Estaba absolutamente angustiado. Se vino abajo”, afirmó Tina Brown, autora de The Diana Chronicles. Pero el ahora rey sabía que se trataba de algo terrible y que tanto él como la familia real serían ‘culpados’ por la muerte de Diana. Su razonamiento no estaba tan lejos de la realidad desde entonces.
El silencio incómodo de la reina Isabel II ante la muerte de Diana
El primero en dar la cara fue el primer ministro Tony Blair. A primera hora de ese día se dirigió a los periodistas alegando estar ‘devastado’ como el resto del país. “Nuestros pensamientos y oraciones están con la familia de la princesa Diana, en particular sus dos hijos”. Pero las palabras que más resonarían en ese momento y se quedarían para siempre en el corazón del mundo, fue cuando dijo en voz alta el sobrenombre con el que hasta hoy, se le conoce a Lady Di. “Aunque su propia vida a menudo fue tristemente tocada por la tragedia, tocó la vida de muchos otros en Gran Bretaña y el mundo con alegría y consuelo. Ella era la Princesa del Pueblo. Y así es como se quedará, como permanecerá en nuestros corazones y nuestros recuerdos para siempre”.


De ahí que la familia real británica sintiera mucho más presión al no pronunciarse de manera tan rápida por la muerte de la princesa Diana a primera hora del día. “Muéstranos que te importa”, se leía en el titular de la portada del diario británico The Express ese mismo día. Sin embargo, Su Majestad había decidido quedarse en Escocia pues tanto Carlos como ella decidieron que comunicarían la noticia a los niños, los príncipes William y Harry, de 15 y 12 años de edad respectivamente, hasta que despertaran. Su objetivo era proteger a toda costa su seguridad y su integridad ante el momento tan complicado que atravesaban y atravesarían los días siguientes.
El difícil proceso de duelo de Carlos III y los príncipes William y Harry
Para Carlos, la muerte de su exesposa tenía otro significado. A pesar de estar separados desde 1992 y finiquitar su divorcio en 1996, necesitaba llorar la pérdida de la madre de sus hijos pero no pudo hacerlo. De inmediato quiso viajar a París en el avión real para reclamar el cuerpo, pero su madre se lo prohibió. Ante la insistencia de sus hijos, siendo Harry quien quería ir con él, la reina optó por ceder de otro modo. “Una de las cosas más difíciles para un padre es decirle a sus hijos que su otro padre ha muerto. Cómo lidias con eso, no lo sé”, confesó Harry para el documental Diana 7 days, de la cadena BBC. Y agregó: “Él se aseguró que estuviéramos protegidos y atendidos. Estaba ahí para nosotros, pero también pasaba por el mismo proceso de duelo“.


Todos en Balmoral siguieron con su rutina diaria e incluso, asistieron a un servicio religioso donde no se mencionó el nombre de Diana. Carlos viajó a París con las hermanas de su exesposa, Lady Sarah McCorquodale y la baronesa Jane Fellowes. A su regreso con el cuerpo de la madre de sus hijos, Carlos III sentía que la presión sobre la familia real caería como bomba si no se pronunciaban ante la muerte de la princesa Diana… pronto. Y es que la reina nunca apresuró su regreso de Escocia a Londres para hacerle frente a uno de los episodios más complicados a lo largo de sus 70 años de reinado.
Isabel II dividida entre su papel de abuela y reina
El príncipe William como pocas veces habló de ese tristísimo episodio de su vida hasta hace poco, tratando de entender en retrospectiva, el actuar de su familia. “En ese momento, mi abuela quería proteger a sus dos nietos y a mi padre. Nos quitó deliberadamente los periódicos y no había nada de prensa en la casa. Así que no sabíamos lo que sucedía”, exclamó el hijo mayor del rey para la BBC. A pesar de todo, se sintió agradecido de poder tener la privacidad suficiente para afrontar y llorar la muerte de su madre. “Estábamos lejos de todos”.


Ante el silencio de la familia real por la muerte de la princesa Diana con el paso de los días, la reina Isabel II tuvo que modificar su manera de actuar y regresar a Londres con sus nietos. “Se sentía muy dividida entre su labor de abuela de William y Harry y su papel de reina. Creo que tanto ella como todos en la familia estaban sorprendidos por la naturaleza de lo rápido que sucedió todo”.
Sin embargo, le dio su lugar a Charles Spencer, hermano de Lady Di, quien salió en representación de la familia de Diana para afrontar lo sucedido. “Este no es el momento para recriminaciones, sino para dejarnos vivir nuestra tristeza. Siempre creí que la prensa la mataría al final. Los editores que se han beneficiado de fotos mal intencionadas de Diana, hoy tienen sangre en sus manos”, exclamó en vivo para la televisión desde Sudáfrica.
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Una despedida digna de una princesa
Fue hasta entonces que las señales de la reina Isabel se dieron a notar. El 4 de septiembre, como un hecho inédito, Su Majestad ofreció una declaración televisada para manifestarse ante la tragedia, algo que no sucedía en 50 años. Permitió que la bandera estuviera a media asta en el Palacio de Buckingham por primera vez en años. Y también dejó que la gente dejara flores, cartas y velas a las afueras del palacio. La noche de ese mismo día, por fin se vio a William y Harry junto a su padre y sus abuelos salir del palacio para ver los mensajes de la gente hacia Lady Di. De alguna manera, en su mensaje justificó su silencio.


“Todos hemos tratando de hacer frente a esto de distintas maneras. No es fácil expresar una sensación de pérdida, ya que el shock inicial a menudo es sucedido por una mezcla de otros sentimientos: incredulidad, incomprensión, ira y preocupación por los que se quedan. Te lo digo ahora como reina y abuela, lo digo desde mi corazón. Quiero rendir homenaje a Diana. Era un ser humano excepcional y dotado. Esta semana en Balmoral, todos hemos tratado de ayudar a William y Harry a aceptar la devastadora pérdida que ellos y el resto de nosotros hermos sufrido. Nadie que conociera a Diana la olvidará jamás”.


Finalmente, el 6 de septiembre se llevó a cabo la procesión fúnebre a la Abadía de Westminster. Una imagen que efectivamente nunca nadie olvidará, pues se trataba de dos niños que habían perdido a su madre y caminaban detrás de su ataúd. Hoy, a 26 años de su muerte y después de un tiempo para procesarlo, la familia real superó la muerte de Diana de distintas maneras. Lo único cierto desde entonces es que el espíritu de Lady Di permanece intacto en los corazones de los británicos, así como de las familias directas de los príncipes William y Harry.