Hay incontables documentales y películas que abordan los éxitos y las tragedias relacionadas con la familia Kennedy; En México, los Kennedy (John y Jackie) visitaron Acapulco para pasar su luna de miel en 1953, e incluso hay una unidad habitacional al oriente de la capital que lleva el nombre de la familia para conmemorar la visita del presidente John F. Kennedy en 1962.
Hoy 16 de julio, se conmemora la muerte del hijo del ex presidente estadounidense, asesinado en en 1963. Hace veinte años se estrelló la avioneta que pilotaba el joven JFK Jr. en las costas del Atlántico, cerca de Martha’s Vineyard, al sur del Cabo Cod. En el accidente fallecieron su esposa y cuñada. Para conmemorar este trágico evento, su amigo y biógrafo, Steven Gillon ha publicado un nuevo libro sobre el “Príncipe reacio de América”.
Los Kennedy, han sabido mantenerse activos en la vida pública y de servicio; razón por la cual su leyenda y herencia permanecen vivas y presentes en la mente de los estadounidenses y miles de personas alrededor del mundo, pues son ejemplo de perseverancia y sensibilidad. Tal es el caso de Robert F. Kennedy Jr., hijo de Robert F. Kennedy quien, lamentablemente también fue asesinado en 1968. A pesar de la compleja combinación entre dolor y privilegios, Bobby (Jr.) como se hace llamar por sus amigos, es un extraordinario ejemplo de integridad y resiliencia del espíritu humano.
Bobby Kennedy Jr. es un activista de tiempo completo que se las ingenia para trabajar como abogado ambientalista, escritor y fundador de la organización ambientalista Waterkeeper Alliance, cuya misión es luchar “por el derecho de todas las comunidades al agua potable, donde se pueda pescar y nadar”.
Durante más de treinta años, Bobby Kennedy Jr. ha impartido la cátedra de derecho ambiental en la Facultad de derecho de la Universidad de Pace. Hasta el año 2017, ocupó el cargo de abogado supervisor y codirector de la Clínica de Litigios Ambientales de la Escuela de Derecho Pace, la cual fundó él mismo en 1987. Entre otras cosas, ha sido locutor del programa de radio Ring of Fire junto con Mike Papantonio, y ha escrito numerosos libros, de los cuales dos han obtenido el reconocimiento de best sellers por parte del periódico The New York Times. En fin, es un hombre activo en el campo intelectual y el activismo.
Bobby Kennedy Jr. apenas contaba nueve años cuando su tío JFK fue asesinado, y catorce cuando su padre sufrió el mismo destino. Desde entonces, algo cambió en la percepción del joven. Años después, en 1974, dedicó su tiempo y esfuerzo a escribir ensayos ejemplares sobre política, como “Poor Chile”, donde discutió el golpe de estado al presidente legítimo Salvador Allende, o el artículo que publicó en The Wall Street Journal sobre el uso del asesinato como como una herramienta de política exterior por parte de Estados Unidos. Nunca ha desistido en su misión por crear conciencia, a nivel ambiental, político e incluso a través de libros infantiles.
Sin duda, Bobby Kennedy Jr. es un heredero digno de lo mejor de su familia. Una de sus mejores facetas es como presidente de Children’s Health Defence (anteriormente denominado World Mercury Project), un grupo de defensa que afirma que una gran proporción de niños estadounidenses padecen enfermedades tan diversas como el autismo, el trastorno por déficit de atención con hiperactividad, las alergias alimentarias, el cáncer y las enfermedades autoinmunes. supuestamente causado por la exposición a una variedad de productos químicos.
Como si estos méritos fueran pocos para confesar mi admiración, debo agregar uno más. El día en que conocí en persona a este extraordinario hombre y activista social —y a partir del cual nos volvimos buenos amigos y hemos unido esfuerzos en pro de la sustentabilidad humana—, me sorprendió por su lucidez y su capacidad intelectual. ¿Qué nos hace humanos?, le pregunté en una de nuestras reuniones. A lo que Bobby Kennedy Jr. respondió: “La palabra misma evoca la creencia de que somos seres biológicos como cualquier otra criatura en el planeta, que estamos programados para conseguir, para tener sexo, beber, comer, dominar, y cosas que la biología nos hace hacer. Pero lo curioso, lo que nos hace únicos, y lo que nos aparta de esta noción, es que también somos seres con una vida espiritual. Y eso nos da la idea de moralidad. Y lo que la moralidad implica es la responsabilidad hacia nuestra comunidad. Ninguna otra criatura ha desarrollado esta noción de responsabilidad por la comunidad. Sólo los seres humanos. San Agustín entendía el pecado como hacerle daño a otra persona. Y eso es inmoral. La moralidad significa vivir de manera tal que mejores la vida de las personas con las que tengas contacto, evitando en la medida de lo posible causarles daño”.
No hace falta agregar más ideas a lo que Bobby Kennedy Jr. explicó en esa ocasión. Me siento conmovida al recordarlo. Y he tratado de hacer una síntesis de los aspectos que me parecen más memorables y emocionantes de este hombre, marcado por una historia familiar muy dura, y que a la vez continúa mejorando las vidas de innumerables personas, no sólo aquellas que conoce, sino de muchísimos seres humanos en el mundo.
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