Hace dos años, Meghan Markle y el príncipe Harry, duques de Sussex, dejaron Inglaterra para vivir una vida más libre en Estados Unidos. Sin embargo, decidieron regresar este jueves para celebrar el Jubileo de Platino de la reina Isabel II. Así fue como los recibieron.
Meghan y Harry, los duques de Sussex, reaparecen en la catedral de San Pablo
Este mediodía, Harry y Meghan reaparecieron después de dos años de ausencia en la misa de acción de gracias que se llevó a cabo en la catedral de San Pablo, siendo éste su primer y único acto oficial en los festejos del jubileo. Su llegada se llevó a cabo, tal como lo marca el protocolo, antes de los príncipes Carlos y William que fueron los últimos en llegar acompañados por sus esposas. El primogénito de la reina Isabel II asistió a la ceremonia en representación de su madre, después de que anoche ella se retirara por las molestias que sintió tras Trooping the Colour. Debido a que los Sussex ya no son parte del primer círculo de la realeza, tienen que comportarse como les corresponde, sin tantos privilegios. Meghan llegó vestida de blanco de pies a cabeza, con un vestido de Dior cruzado tipo gabardina, con cinturón, zapatos y sombrero a tono. Él, como estaba marcado en la invitación, vestido de chaqué.
Por fin, la reina Isabel conoce a su nieta Lilibet
El día de ayer, jueves, tras el desfile de Trooping the Colour, se ofreció un almuerzo en el palacio de Buckingham para los miembros de la familia real. A pesar de que no hubo prensa, sí estuvieron presentes Meghan y Harry. Una vez concluida la comida, la reina regresó al castillo de Windsor donde finalmente pudo encontrarse con su bisnieta Lilibet, nombrada así en su honor. La hija de Meghan y Harry cumple un año este sábado y era la única que no conocía a su bisabuela. Posteriormente, los Sussex regresarían a Frogmore Cottage donde se hospedan.
El desaire de la familia real a los Sussex
Una vez que entraron a la misa de acción de gracias, Meghan y Harry tomaron sus asientos asignados. Sin embargo, estos lugares no eran los de siempre. Ahora tuvieron que sentarse del otro lado del pasillo de donde se encontraban el padre y hermano del príncipe. En su lado de la iglesia, los Sussex escucharon la misa junto a la princesa Eugenia y su esposo, Jack Brooksbank. Se encontraban detrás del príncipe Eduardo, Sophie Wessex y sus hijos. Una ausencia importante fue la del príncipe Andrés que se confirmó que estaba contagiado de COVID-19. Al terminar la ceremonia, se vio a los Sussex afuera del recinto platicando con Zara y Mike Tindall. Sin embargo, al retirarse a su coche, hubo un momento incómodo pues se pudieron escuchar aplausos, pero también abucheos. No se sabe si los aplausos iban dirigidos a la pareja. Los abucheos sí tenían destinatario directo. A pesar de que el resto de la familia partió al almuerzo que ofrecía el ayuntamiento de Londres en el edificio Guildhall, los duques de Sussex no los acompañaron. En lo que respecta a una posible reunión con el príncipe William, no se conoce que exista ningún plan. Esto desmentiría los rumores de una reconciliación entre los hermanos.
La visita de Meghan y Harry a Inglaterra desató polémica desde su anuncio
Para la mayoría de los ingleses, esta pareja no es la favorita de la familia real. Después del abandono de su país y las críticas del príncipe a su propia familia, acusándolos de racistas y diciendo que su padre y su hermano se encontraban atrapados, entre muchas otras barbaridades, parte del pueblo y la prensa inglesa se volcaron en su contra. No obstante, las opiniones están dividas. Habrá que ver si ellos deciden volver, pues se cree que recientemente renovaron el contrato de renta de su residencia Frogmore Cottage.
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