El tiempo no pasa en vano y hoy más que nunca, la reina Isabel II está consciente de ello. Por primera vez, esa imagen estoica de la soberana quedó atrás y ni siquiera ella hizo lo contrario por evitarlo. Como nunca, se mostró vulnerable frente a su gente y, sobre todo, hizo evidente su fragilidad ante su estado de salud.
En su última actividad oficial en el Castillo de Windsor, la reina recibió en una audiencia al nuevo secretario de Defensa, el general Eldon Millar, y al contraalmirante James Macleod. Ahí, frente a ellos, la reina de 95 años reconoció públicamente su fragilidad al aparecer con un bastón y explicar su padecimiento: “Como pueden ver, no me puedo mover”, señalando su pierna izquierda. Las imágenes fueron captadas por la televisión británica ITV. Sin embargo, la confesión de la soberana fue acompañada por una sonrisa y una actitud envidiable. Debemos recordar que hace apenas unos días, su hijo Carlos y su esposa Camila dieron positivo a COVID-19 y además, habían convivido con ella.
Pero la reina Isabel II está emocionada por celebrar sus siete décadas en el trono con el Jubileo de Platino y parece que nada podrá impedirlo. Además, ese bastón que ahora utiliza para caminar a paso lento tiene un significado especial. Se trata del mismo que usó su marido, el príncipe Felipe de Edimburgo, durante los últimos años de su vida. Ahora necesita apoyarse en él para sentirse segura y tener estabilidad al caminar.
Los tropiezos de los hijos que afectan a la reina Isabel II
Aunque su salud es una prioridad para el Palacio de Buckingham, su majestad apenas tiene tiempo de ocuparse de ella. El Reino Unido está de cabeza por los escándalos que ha tenido que enfrentar la Corona gracias al príncipe Andrés, al príncipe Harry y ahora al príncipe Carlos.
Por si no se han enterado, Andrés se salvó de un juicio por medio de un acuerdo extrajudicial, pero fue la reina quien ayudará a pagar la deuda de su hijo. Sí, la soberana utilizará parte de su fortuna personal para apoyarlo. Fuentes cercanas a la realeza aseguran que Isabel II no quiere que nada se interponga en este año festivo para ella por el Jubileo de Platino.
Además, un nuevo escándalo podría volver a agitarla. Resulta que el príncipe Carlos podría ser interrogado por la policía británica en la investigación oficial que está realizando por un escándalo que envuelve a su fundación. Michael Fawcett, hombre de su confianza y director hasta el año pasado, habría mediado un asunto que beneficiaba al magnate saudí Mahfouz Marei Mubarak; él pretendía conseguir el título de caballero y la nacionalidad británica a cambio de donaciones a la organización. Según la información publicada por el Daily Mail, la residencia oficial del príncipe de Gales negó que Carlos estuviera al tanto de estos movimientos. Sin embargo, existe la posibilidad de que su testimonio pueda ayudar al caso.
Mientras tanto, la salud de la reina Isabel II se mantiene bajo estrictas revisiones por obvias razones: su pierna y la cercanía de miembros de la familia recién contagiados por COVID-19.