Ahora que se conmemoran los 25 años de la inesperada muerte de Diana de Gales, muchos no olvidan la reacción tan fría y tardía de la reina Isabel II luego del accidente de auto de la princesa en la ciudad de París.
Para quienes nos enteramos de la trágica noticia en aquel ya lejano 31 de agosto de 1997, aún conservamos en la mente las imágenes de los hierros retorcidos del automóvil donde viajaba la princesa –con su entonces novio, el egipcio Dodi Al-Fayed–, en el túnel del Puente del Alma.
Días más tarde, también vimos a sus hijos, William y Harry, de 15 y 12 años de edad respectivamente, siguiendo el largo cortejo fúnebre, que partió desde el Palacio de Kensington, su lugar de residencia en Londres, hasta la Abadía de Westminster, iglesia gótica del siglo XIII donde se celebró el concurrido funeral.
La “fría” reacción de la reina Isabel II a la muerte de Lady Di
También recordamos la reacción de la reina Isabel II tras la muerte de Lady Di que, para el público del mundo entero, se mostró “poco emotiva” hasta el punto de parecer que no le importaba la muerte de la madre de sus nietos y esposa de su primogénito, el príncipe Charles, heredero del trono británico.
Pero la realidad es un poco más complicada. Eran las 4:30 a.m. cuando el secretario privado de Isabel II –y cuñado de Diana, por estar casado con Jane Spencer, la hermana mayor–, Robert Fellowes, dio la noticia a la monarca de que Lady Di había fallecido en el hospital de la Pitié-Salpêtrière, en el XIII Distrito de París. Fellowes supo al instante que eso era muy grave: la familia real sería culpada por la muerte de quien en vida era llamada con aprecio “la princesa del pueblo”.
El entonces primer ministro de Reino Unido, Tony Blair, se dirigió a los periodistas la mañana siguiente al fallecimiento de Diana. Dijo que estaba “totalmente devastado”, como el resto del país. “Nuestros pensamientos y oraciones están con la familia de la princesa Diana, en particular con sus dos hijos, los dos niños”.
El sentido discurso de quien apenas tenía cuatro meses en el cargo, contrastó bastante con la rigidez mostrada por la familia política de la princesa que, además, tardó en ofrecer una declaración.
La atinada decisión del príncipe Carlos ante la muerte de su exesposa
El príncipe Charles no sabía cómo reaccionar, aunque, según lo narrado en el documental “Diana: 7 Days That Shook the Windsors”, quiso ir personalmente a recoger el cuerpo de su exesposa. En un principio, Isabel II pronunció un rotundo “no”, pero su hijo la convenció de que era lo correcto.
La decisión del príncipe heredero fue acertada, sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que las acciones de la realeza se desplomaran ante los ojos del público devastado.
“Mi abuela quería proteger a sus dos nietos, y también a mi padre”, declaró años después el príncipe William durante una entrevista.
Pero, para el público de Reino Unido y el mundo entero, la reina se mostraba fría. Para poner paños fríos a la situación, Isabel envió a su oficial de prensa a defender públicamente a la familia en una declaración televisada, para que la gente supiera que estaban “heridos” por las sugerencias de que eran “indiferentes” ante la tragedia. “La prioridad era cuidar a William y Harry”, según el comunicado oficial.
La tardía reacción de Isabel II tras muerte de Lady Di: “Es una gran pérdida para el país”
Para el 5 de septiembre, un día antes de los funerales de Diana, la reina decidió sincerarse con sus súbditos: “Desde la terrible noticia del domingo pasado, hemos visto en Gran Bretaña y en todo el mundo una abrumadora expresión de tristeza por la muerte de Diana”, dijo, vestida de negro, en un discurso televisado a nivel nacional desde el Palacio de Buckingham. “Todos hemos estado tratando de sobrellevarlo de diferentes maneras. No es fácil expresar un sentimiento de pérdida, ya que el impacto inicial a menudo es seguido por una mezcla de otros sentimientos”.
La monarca dijo que rendía homenaje a la que alguna vez había sido su nuera y que la admiraba por su compromiso con los demás y, en especial, por su devoción por sus hijos.
A sus 71 años, Isabel II permaneció impertérrita, pero se podía escuchar un dejo de compasión y ternura en su tono.
La declaración pública de la reina fue sincera, como parece confirmar una carta privada, hecha pública en 2017, escrita para su ayudante Lady Henriette Abel Smith, después del funeral.
“Fue terriblemente triste”, manifestó la reina, “es una gran pérdida para el país”. Sin embargo, “la reacción pública a su muerte y el servicio en la Abadía de Westminster parecen haber unido a personas de todo el mundo de una manera bastante inspiradora”.
¿Y la herencia de Diana de Gales?
La princesa Diana heredó a sus hijos una suma de más de 24 millones de euros actuales, a repartir a partes iguales entre los dos. Tras pagar los impuestos, la suma quedó en poco más de 15 millones de euros, que se multiplicaron al ser invertidos durante varios años. Pero, tal como Isabel II lo dijo, “la princesa del pueblo” tenía un alto compromiso con los demás, así que en su testamento había una cláusula que concedía 80 mil euros a su fiel mayordomo, Paul Burrell, y un recuerdo a elegir en un lote designado por los albaceas, que constituía un cuarto de sus posesiones, para sus 17 ahijadas y ahijados.
El patrimonio de Diana Spencer estaba compuesto de acciones, inversiones, joyas, vestidos, objetos personales valiosos y dinero en efectivo. Todo esto formó parte de un fideicomiso a favor de William y Harry, quienes no pudieron acceder a él hasta que cumplieron 25 años.
La malograda princesa también pedía como su última voluntad que sus hijos recibieran las joyas que había adquirido como princesa de Gales. Dejó alrededor de 200 piezas: anillos, aretes, pulseras, gargantillas y cadenas de oro. Algunas de estas piezas, como la tiara Spencer, que lució en su boda, pertenecían a la familia Spencer y hoy está en poder de su hermano menor Charles, y otras a la familia real.
El anillo de compromiso era del príncipe Harry y no de William
Entre las piezas más icónicas se encuentran el anillo de compromiso de Diana y un reloj Cartier. Cada príncipe escogió uno de ellos como recuerdo especial. William eligió el reloj, mientras que Harry se quedó con el anillo de zafiro y 14 diamantes. ¿Cómo es entonces que ahora lo porta Kate Middleton, duquesa de Cambridge? Harry se lo ofreció a su hermano cuando este decidió pedirle matrimonio a Kate.
Pensando en todo, Diana dejó por escrito en su testamento que deseaba que las esposas de sus hijos lucieran sus joyas. Por esta razón, el anillo de compromiso que Harry le dio a Meghan Markle lleva dos piedras de la colección de diamantes de su madre.
Otras posesiones de la princesa Diana
William y Harry también heredaron el vestido de novia de la princesa de Gales y otros 28 vestidos de distintos diseñadores, además de dos tiaras de diamantes.
Harry también posee la famosa D de oro, que Diana lucía cuando era soltera, y William se quedó con unos aretes de perlas que hoy luce a menudo Kate.
De acuerdo con el duque de Sussex, la herencia de su madre fue lo que le permitió hacer una vida en California, Estados Unidos, con Meghan Markle después apartarse de sus funciones como miembros de la corona británica.
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