El domingo 12 de marzo se celebró la boda de la princesa Iman, hija del rey Abdalá y Rania de Jordania, con Jameel Alexander Thermiotis. Su ahora esposo, el empresario venezolano criado en Miami, siguió todo el protocolo para poderse casar con la princesa. Antes de pedirle matrimonio se convirtió al islamismo, religión que practican tanto ella como su familia.
Iman y Jameel se casaron bajo los términos de la ceremonia conocida como Nikah, que es una especie de “acuerdo entre la pareja” y parte del ritual de las bodas de la Casa Real Hachemita. Las actividades de la boda arrancaron con la fiesta de henna o Mehendi que se llevó a cabo el pasado martes. Y ahora, sólo resta una festividad conocida como Walima, una fiesta con comida, música y baile que, hasta el momento, se desconoce si se llevó a cabo el mismo día de la boda o se celebrará otro día.



La íntima boda de la princesa Iman de Jordania
A la ceremonia asistieron alrededor de 150 invitados, un número bastante reducido tomando en cuenta la importancia de la Casa Real Hacemita en el mundo. Los invitados llegaron en punto de las seis de la tarde al palacio de Beit Al Urdun, la residencia del los papás de la novia. La mansión fue adornada con flores blancas por una empresa de decoración jordana, misma que Rania mencionó en un post de Instagram.
Los reyes recibieron a los invitados, entre los que se encontraban la familia real y amigos cercanos. Por supuesto, también estuvo la familia del novio, a quien el rey Abdalá y Rania de Jordania recibieron al final para posteriormente entrar los tres juntos a la ceremonia.




































Al último entró la princesa Iman de Jordania, la protagonista principal. Como era de esperarse, caminó hacia el altar del brazo de su hermano mayor y heredero al trono, el príncipe Hussein. La princesa lució un vestido de Dior de manga larga con un toque de encaje en los puños, el mismo que llevaba su escote cuadrado con motivos florales. El vestido era liso y terminaba con una pequeña cola. Como ya se había anunciado, el toque final y más especial a su look sería la tiara de su madre Rania.
Los novios tomaron asiento en un sofá para empezar el rito que tuvo una duración de 15 minutos y culminó cuando Iman y Jameel intercambiaron sus argollas de casamiento. En medio de una decoración sencilla, pero elegante en tonos blanco y beige, y entre flores y velas, Iman y Jameel se convirtieron en marido y mujer.
La emoción de Rania al ver a su princesa Iman en el altar
Rania de Jordania estaba de lo más emocionada en la boda de la princesa Iman y en todo momento estuvo al pendiente de ella. Como una madre orgullosa, la reina compartió las fotos de la boda y dedicó unas emotivas palabras llenas de bendiciones para Iman.
“Dios, te encomiendo con fe un pedacito de mi corazón, en un lugar que mis ojos no han visto y tus ojos no se han alejado. Por eso Dios la proteja de todo mal, conceda éxitos y alegre su corazón. Mil felicidades a la pareja más dulce”, pronunció Rania para los esposos.
Y más adelante agregó: “Iman, rezo que este próximo capítulo de tu vida te traiga tanta alegría, amor y risas como nos has traído a lo largo de los años. ¡Felicidades a los novios!”. En todo momento, Rania de Jordania tuvo una gran sonrisa y una mirada de mucha ternura hacia la princesa Iman que tras su boda, inicia una nueva vida en pareja.