El proyecto Pixal, encabezado por Diego Céspedes y Eugenio Garza, busca impulsar el gusto por las fotografías impresas a través del trabajo de cinco jóvenes fotógrafos: Fernanda Narchi, Isabel Lemus, Alberto Sánchez, Diego Olea y René Baptista.
En la actualidad, el mundo digital ha llevado a que cada vez menos fotógrafos, profesionales y amateurs, se atrevan a llevar sus imágenes a la impresión, dejando en la pantalla trabajos con gran potencial. Interesados en promover la materialización de las imágenes y acompañar en su proceso de producción, Diego Céspedes y Eugenio Garza crearon hace dos años y medio Pixal, proyecto que tiene como espíritu “la producción de la fotografía y su materialización digital”, como destaca Eugenio.
“Muchas veces la gente sólo mantiene su obra en una pantalla y no tiene idea del potencial que es la producción. Es por eso que queremos impulsar ese amor por la fotografía presentando una obra óptima, guiándolos en la elección del papel, madera, marco, montaje para que vean su trabajo en vivo”, explica Garza.
Es gracias a su labor que han tenido la oportunidad de colaborar con varios fotógrafos
“Para sacarle el mayor jugo posible a sus obras”, como destaca Diego, de ahí surgió el interés de crear una muestra en la que se exhiba las posibilidades que existen al imprimir una fotografía. En esta ocasión, la selección fue de cinco jóvenes con visiones muy diferentes, pero que en conjunto se complementan a la perfección: Isabel Lemus, Fernanda Narchi, Alberto Sánchez, Diego Olea y René Baptista, quienes presentaron en las instalaciones de Pixal, ubicadas en las Lomas, su propuesta visual.
“Nuestro interés es empoderar a cualquier persona a atreverse a imprimir fotografías, porque la gente cree que el aspecto técnico es lo más importante, pero muchas veces es el corazón y las ganas que se ven detrás de una imagen o de capturar algo, mientras se haga con pasión y con ganas la verdad es que la técnica es secundaria, entonces, cualquier persona puede venir y sorprenderse con el producto final que se logra”, enfatiza Diego.
Fernanda Narchi
“Me gusta mucho cómo podemos ser dos personas en el mismo lugar, tomando la misma foto, pero cada quien la expresa diferente, ésa es la forma en la que yo veo mi trabajo”, dice Fernanda Narchi, quien comenzó a tomar fotografías a los 13 años.
La fotografía documental y la fine art se han convertido en su especialidad
Para la muestra presentó seis obras “con mucho color y mucho movimiento, que logran un contraste con las de los otros fotógrafos que son en blanco y negro”, destaca. Un vistazo a su trabajo es el que exhibió esta vez.
“Empecé con el tema de movimiento y al mismo tiempo me gustó mucho una en blanco y negro de mi selección, que es en el salar de Uyuni con la vía láctea y las estrellas, al final son dos temas dentro de mis propias fotos que son el movimiento y la noche”, cuenta la también diseñadora gráfica.
Feliz porque poco a poco la gente comienza a seguir su trabajo, el cual comparte en su Instagram, y próximamente en la página web que está preparando.
Para Fernanda ver sus piezas impresas es:
“Me encanta, porque una cosa es ver mi trabajo digital y otra, ya impreso, hasta yo me emociono, como si nunca la hubiera visto antes en mi vida”.
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René Baptista
El misterio que ofrece una cámara de medio formato análoga representa para René un proceso interesante.
“Es incomparable, nunca he podido llegar a acercarme en edición con una digital, por eso me encanta ese proceso de tomar la imagen, el no verla, el tener algo en tu mente y no cuestionarlo, el enfocarte mucho más tiempo para preparar la foto, para mí eso es mucho más divertido y lo disfruto más, y creo que se transmite en la foto al final”, cuenta.
Se especializa en fotografía de moda y para la muestra presentó “seis fotos que tienen un tema de misterio sensual, son cuadradas por el formato de mi cámara; y, la verdad, estoy muy emocionado de presentarlas”, afirma Baptista, quien anima a que más personas se exploren el formato análogo.
“Está de moda y la verdad sí vale mucho la pena, sólo necesitas una cámara de 35 mm, una point and shoot y un par de rollos, el experimentar ese proceso es muy divertido”.
Enfocado en la imagen blanco y negro, René goza el poder ver sus fotos impresas:
“Es algo conmovedor el ver tu trabajo y que la demás gente lo reconozca, no es la raíz, pero es un motivo gigante para seguir y engañar al ego por lo que se disfruta”.
Diego Olea
“Soy economista, pero la fotografía es mi escape, siempre me voy a tomar fotos solo, salgo mucho a las calles, es mi manera de desconectarme y entender el ambiente en el que vivo, es una forma de meditar”, cuenta Diego, quien está agradecido con los integrantes de Pixal por la invitación a la exposición.
En su presentación mostró un poco de la foto que le gusta hacer.
“Cree dos pequeñas series, la primera con dos fotos en el Serengueti en África, de dos árboles, mi estilo tiende a ser muy minimalista y en blanco y negro, derivado de eso salen las otras que son tres fotos en un ambiente más urbano con contrastes muy altos, en el que predominan los negros y las altas luces blancas”.
Con más de cuatro años ya enfocado en la foto profesional, confiesa emocionarse al ver su trabajo impreso:
“Me dan ganas de llorar cada que veo una fotografía mía impresa, es muy satisfactorio y más en grandes formatos, es increíble, cada vez que veo una me dan ganas de imprimir más, me llena de satisfacción”.
Isabel Lemus
“Lo que más me gusta es fotografiar naturaleza, me encanta salir y acampar, descubrir el planeta en el que vivimos”, dice Isabel, quien se mostró contenta con la invitación de Pixal para ser parte de la exposición,
“Tuve una exhibición hace un mes e imprimí con ellos, me gustó su trabajo, su calidad y todo”.
Con formación en mercadotecnia y publicidad en la universidad Centro
Lemus cuenta que su pasión por la fotografía le ha servido en su profesión, “el ojo de una artista ayuda mucho a observar el mundo y desarrollar la parte de la mercadotecnia”.
Lleva ocho años dedicada a esta expresión: “de chiquita dibujaba y pintaba mucho, hasta que me cambié a la fotografía, antes era muy chistoso porque la veía como algo muy secundario a la pintura y ahorita es al revés, la intimidad que logras y el poco control que tienes al tomar una foto, que todos son factores externos, como el clima, la luz, el salir a ver qué te encuentras, ésa es la parte emocionante y me encanta”.
Interesada por mostrar los detalles, ya sea en blanco y negro o en color, Isabel está contenta por la oportunidad de mostrar su obra a diferentes públicos de manera impresa:
“Es muy padre ver tu foto en una pared, es muy diferente a la parte digital, porque gente la pueda apreciar y sientes como completo ese trabajo como artista”.
Alberto Sánchez
“En noviembre hice mi primera exposición, llevo tomando fotos dos años nada más, y los de Pixal me ayudaron y apoyaron muchísimo, tuve mucho éxito en esa ocasión y a raíz de eso surgieron las ganas de hacer más exhibiciones, fue así como nos invitaron a varios fotógrafos a hacer esta muestra”, dice Alberto.
Su trabajo se enfoca “por lo general en animales, en blanco y negro, de perfil o de otros ángulos. Esta vez quise meter dos paisajes, uno en blanco y negro y otro en color”, acota el también empresario, quien ha encontrado en este ámbito una manera de expresarse.
Confiesa que ver sus fotos impresas resultó algo increíble:
“Nunca lo había visto, tengo poco tiempo con la fotografía, y en noviembre cuando lo vi impreso hizo toda la diferencia, se vuelve adictivo, casi como los tatuajes, imprimes uno y no puedes dejar de hacerlo, ahorita mi casa está llena de fotos, en la de los amigos, de gente conocida. Se siente padre”. A la par de su trabajo fotográfico, “el cual nació como un hobby por los viajes”, Alberto explora otras manifestaciones, “hace poco dirigí un cortometraje, también me gusta mucho el cine”, finaliza.
Por: Uriel Trejo
Fotos: Fernando Canseco
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