Tomar distancia de nuestras actividades acostumbradas, entrar en un contacto más profundo con nosotros mismos y lo supremo. A eso denominamos “retiro.” Es conectar con la gracia que nos fue otorgada, con el espíritu o el alma.
Olvidamos esta esencia, nos distraemos. Por momentos esa desconexión es tan grande que no recordamos el camino para reencontrarla.
Simplemente permanecer en silencio, observar y reconocernos. Esa es la tarea.
Hazlo una práctica diaria. Como cualquier actividad, más practicas, más consciente te vuelves.
Los retiros espirituales nos dan la posibilidad de ver aquello que con el bullicio de la vida y la mente, nos alejan del verdadero significado de la vida. La gran mayoría pregunta cuáles serían las actividades y el itinerario diario. No existen. El retiro no conoce estructuras, es simplemente.
Deshazte de lo conocido, de las estructuras, desármate. Despójate de ese caparazón que la vida y las circunstancias te han llevado a crear. Solo escoge aquello que alimenta y conecta con la vida.
Como mi padre siempre me reitera: “no somos la mente.”
Abre los ojos, ve tu interior, sin críticas, sin presiones sociales o mentales, sin ansiedad, sin aquellos miedos que impiden tu desarrollo espiritual.
Observa tu respiración, tu alimentación, tu compañía, tanto tu postura física como tu postura ante la vida, la naturaleza a tu alrededor y mucho más…
Descubre el retiro a diario.
Confía en tu intuición.
Conecta con la gracia divina.
@asanarse
@barbaramacielblanco
@miguelangelmacielblanco
Gratitud infinita a mi Maestro, mi amigo, mi padre Miguel Ángel Maciel Blanco.
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#ReginaTeLoCuentaMejor