La hermosa chef tapatía Karla Covarrubias unió su vida con la del empresario español Ramón Hermosilla, uno de los últimos solteros de oro de España, quien es hijo de la socialité Silvia Gómez-Cuétara, heredera del imperio galletero que todos conocemos. Su boda de ensueño juntó a lo más granado del jet set ibérico y mexicano en el ex-Convento de las Vizcaínas.
Tras estudiar literatura en Nueva York, Karla Covarrubias fundó la escuela de cocina La Chula, así como le dicen a su mamá, pues quiso preservar la tradición familiar, ese entusiasmo que le mostró su padre, quien ama la cocina. Con @chulacocinacreativa, la guapa tapatía inspira a otras mujeres a empoderarse por medio de su gusto gastronómico.
Y fue su empatía, esa sonrisa con que mira la vida lo que atrajo a Ramón, a quien conoció por amigos en común. Desde el inicio su conexión fue especial, dos mundos encontrándose al brincar el Atlántico. Su amistad trascendió y, como una fiesta premonitoria, la boda del financiero Pedro Bravo y Carlota Pérez-Pla fue el escenario donde revelaron su relación formal. Ramón Hermosilla, quien es hoy su adorado esposo, es hijo del abogado Ramón Hermosilla y de Silvia Gómez-Cuétara, una de las mujeres más chic y guapas de España.
Silvia, la socialité conocida como La divina
Heredera de la famosa empresa galletera, también actual pareja del filántropo y coleccionista de arte Juan Antonio Pérez Simón, lució radiante, orgullosa y feliz de acompañar a su hijo mayor a uno de los días más importantes de su vida: su boda con la querida chef mexicana.
Así fue la boda de Karla Covarrubias y Ramón Hermosilla
Con un tradicional vestido de tul y un velo de tela de brocado, haciendo honor a su origen, la radiante novia salió de la capilla exultante de felicidad del brazo de Ramón —ataviado con un clásico smoking— que conquistó su corazón desde el día uno.
Entre aplausos y vítores por parte de los invitados, la pareja desfiló hasta el ex-Convento de las Vizcaínas, en el centro histórico de la Ciudad de México que, con el paso de los años, es uno de los emblemas del Barroco preferidos por la élite mexicana para celebrar sus bodas.
Al caer la noche, Karla y Ramón mostraron sus dotes en la pista con el baile nupcial ante la atenta mirada de todos y de la orgullosa madrina, Silvia Gómez-Cuétara, quien, hace dos años, ya casó a su otro hijo, Jaime Hermosilla.
Silvia celebró a lo grande este enlace que reunió a lo más granado del jet set ibérico y mexicano e incluso se animó a bailar sevillanas y rancheras con mucho arte, como así lo han reflejado las cuentas de Instagram de los asistentes. Numerosos miembros de la élite empresarial de ambos países acudieron al esperado enlace para felicitar al hijo del promotor de la exclusiva urbanización madrileña La Finca. También fue muy admirada la elegancia de Silvia, quien portó un ajustado traje azul marino y un tocado de gala en tonos naranjas.
La misa empezó a las 19:30 hrs, después, los cerca de mil 200 invitados pasaron a la explanada del ex-Convento de las Vizcaínas. En la fiesta, los recibió un grupo que cantó sevillanas.
La novia bailó “Ain’t No Mountain High Enough” con su papá, y Ramón salió a la pista acompañado de su madre para bailar “Stand by Me”, la primera parte en inglés y la segunda en sevillanas. Luego, Karla, Chula, y Ramón cantaron “Cielito Lindo”, y todos los asistentes empezaron a corearla, en cada lugar apareció la letra de la canción.
La fiesta rompe hielos
Antes de jurarse amor eterno frente al altar, los novios celebraron una original preboda en el ExConvento del Desierto de los Leones, donde sus amigos y familiares les desearon todo el éxito del mundo.
A todos nos encanta celebrar el amor, y más si se trata de una pareja como Karla Covarrubias y Ramón Hermosilla, quienes, un día antes de su boda, acercaron a sus familias y amigos en una celebración rompe hielos, cuyo romanticismo se exaltó gracias al diseño que realizó Peter de Anda, en el ex-Convento del Desierto de los Leones.
Por cierto, el organizador de bodas tuvo que hacer magia pues a última hora cambiaron de sede, con el fin de conservar la privacidad de los novios e invitados. De inicio querían montar una carpa en la Sala Anahuacalli, sin embargo, no fue posible, pero al final todo quedó divino, como en un cuento de hadas donde no faltaron las flores, los colores brillantes y la alegría de un grupo de mujeres mariachis.
La reconocida chef tapatía y el empresario español lucieron radiantes y muy relajados, conviviendo de cerca con todos los asistentes, previo al día en que dijeron: “Sí, quiero”.
Los invitados a la boda de Karla Covarrubias y Ramón Hermosilla
Por El mundo de Regina y Arturo Emilio Escobar.
Fotos: Marco Vallejo.
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