Tres días después de la coronación del rey Carlos III, expertos en realeza se cuestionan todavía: ‘¿para qué fue el príncipe Harry?’. Y es que el comportamiento y el lenguaje corporal del duque fue completamente distinto al de otras ocasiones y se dice, los nervios lo traicionaron al ver entrar a su padre a la Abadía de Westminster.
Su presencia en la ceremonia pasó desapercibida y no fue tan relevante para otros. Lo cierto es que sí había curiosidad por saber qué lugar ocuparía dentro de la Abadía. Aunque se hablaba de la fila 11, pudimos verlo en la número 3 al lado de sus primas, las princesas Eugenia y Beatriz. Eso sí, ocupó un lugar justo detrás del sombrero de plumas de su tía, la princesa Ana, quien nubló gran parte de su vista. ¿Coincidencia o estrategia de la familia real británica para evitar que el príncipe Harry ‘robara’ atención a su padre?
¿Cuál fue el comportamiento corporal del príncipe Harry en la coronación del rey Carlos III?
Sin embargo, la intempestiva salida del príncipe Harry de la coronación llamó la atención de expertos en lenguaje corporal. Harry salió de prisa al término de la ceremonia rumbo a Los Ángeles para celebrar el cumpleaños número cuatro de su hijo Archie. Pero antes de abordar el auto que lo llevaría directo al aeropuerto, la sonrisa del príncipe llamó la atención de propios y extraños. ¿Acaso era una burla?
La coronación del rey Carlos III marcaba un reencuentro entre Harry y el pueblo británico, luego de las revelaciones que hizo en contra de la familia real británica. No está de más mencionar que tras el documental Harry y Meghan y el libro Spare, la fractura familiar se hizo aún más grande. El rey Carlos III y más su hermano, el príncipe William, se sintieron sumamente dolidos con sus declaraciones hacia la Institución a la que ambos pertenecen. Aunque finalmente estuvo con su padre en el día más importante de su vida, no tuvo contacto con su hermano William, a quien acusó de haberlo querido golpear.
Pero toda esa tensión e incomodidad que vimos en el príncipe Harry durante la ceremonia de coronación no fue lo que él quiso reflejar, así lo afirma la experta en lenguaje corporal Judi James para el diario The Mirror. Sí, tuvo momentos de tensión cuando su padre y su hermano pasaron por ‘su fila’ pues quiso evitarlos. “Mientras esperaba la entrada del rey Carlos III mostró signos de tensión. Se chupó los labios y su velocidad de parpadeo aumentó”, explicó la experta.
‘Harry, el bromista’ llega a Reino Unido
Conforme avanzó la ceremonia, el príncipe lució ‘seguro, confiado y un tanto desasfiante’. Eso nos remite a su versión bromista y desenfadada que conocíamos desde que era un adolescente. “Llegó disfrazado de ‘Harry el bromista’ imitando la pancita de embarazo de su prima Eugenia para hacerla reír tanto a ella como a su esposo, Jack (Brooksbank)”, resaltó James. “Sin embargo entró solo a la Abadía pero no para dar esa imagen de solitario o avergonzado, sino con un paso alegre con sonrista radiante mientras saludaba a las personas como si fueran viejos amigos”, relató la experta.
Otra experta en lenguaje corporal coincidió con James, pero resaltó la importancia de su risa antes de viajar a Los Ángeles. “Su sonrisa antes de abordar el auto fue retadora y en parte, ‘de venganza’ hacia su familia. Esto a pesar de haber sido él quien puso de cabeca a la Casa Real con sus declaraciones tan hirientes”, explicó la experta Maryfer Centeno para el diario Panorama.
Al final, este magno evento oficial marcaba el retorno del príncipe Harry a Reino Unido. Sin haber más ‘pretextos’ para viajar de nuevo a Inglaterra, ¿cuándo podrán finalmente limar asperezas Harry, Carlos y William?