A fines de agosto próximo será el 25 aniversario de la triste desaparición de la princesa Diana, nuera de la reina Isabel II y esposa del príncipe Carlos, heredero al trono de Inglaterra.
La reina Isabel II y la princesa Diana de Gales, todo parecía un jardín de rosas
La reina Isabel II vio siempre con buenos ojos a lady Diana Spencer. No solamente era aristócrata, hija del conde Edward John Spencer, sino que su madrastra era hija de la famosa escritora de novelas rosas, Barbara Cartland. Por encima de esto, era claro para la monarca que esta jovencita casi adolescente, tímida y virginal sería la pareja ideal para su primogénito que, además de ya no cocerse en el primer hervor, se le estaba saliendo demasiado del huacal.
Luego vendría la boda y el annus horribilis para la reina
Diana tenía apenas 20 años cuando se casó en la catedral de San Pablo con el príncipe Carlos de 33, primogénito de la reina Isabel II, heredero al trono del Reino Unido, famoso por sus aventuras amorosas y ya con muchos kilómetros recorridos.
Sumado a esto, estaba su amasiato con Camilla, entonces casada con Andrew Parker Bowles. Diana, ingenua por ser tan joven, se enteró de la relación entre su futuro esposo y la mujer a la que llamaba “el rottweiler”, días antes de su boda. Quiso incluso echarse para atrás, pero ya era demasiado tarde. Posteriormente, declararía que el día de su boda se había sentido como una oveja en camino al matadero.
En 1992, a la reina Isabel todo se le vendría cuesta abajo. No sólo su hijo favorito, Andrés, terminaría su matrimonio con Sarah Ferguson, sino que también, la princesa Ana se divorciaría en abril de su marido y padre de sus hijos, Mark Philips. Sumado a esto, Carlos y Diana, tras una muy difundida entrevista, anunciarían en diciembre su separación formal.
La princesa Diana buscaba la comprensión y el cariño de la reina Isabel que nunca logró
Una vez que Diana, muy al principio de su matrimonio, se dio cuenta de que en su esposo no iba a encontrar el amor y la comprensión que tanto le hacían falta desde niña, intentó buscarlo en su familia política y de forma más concreta, en su suegra.
Sin embargo, sus súplicas de ayuda no fueron escuchadas por quienes siempre habían estado dedicados a servir a su pueblo, sin tener tiempo de preguntarse sobre lo que sucedía en el interior de su propio hogar. Tan fue así, que Diana pasó por varios episodios de bulimia, además de contar en el libro del escritor Andrew Morton (1992) que, a los cuatro meses de su primer embarazo, se dejó caer por las escaleras en un intento de suicidio.
Afortunadamente, tanto ella como su bebé, el príncipe William, resultaron ilesos. Sin embargo, ahí pudo comprobar la indolencia de la familia real.


Fue solo tras su triste final que Diana recibió el reconocimiento de Isabel II
Después del trágico accidente en París en el que falleció lady Diana con su entonces pareja Dodi Al Fayed, tras un año de divorciarse del príncipe Carlos, la corona británica realmente le dio el reconocimiento que merecía. Y eso, sólo tras constatar el amor que la mayoría del pueblo inglés tenía por su princesa. Incluso, la reina, se dice que de forma reacia, tuvo que rendir tributo a su fallecida nuera, cinco días después de su muerte.
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Me encanta la información que nos dan gracias