Es verdad que Charlène de Mónaco no había dado mucho de qué hablar antes del día de su boda con el príncipe Alberto, cuando lo más destacable fue la cantidad de tiempo que se le vio llorando durante la ceremonia, después de esta y hasta en el banquete. Sus ojos no dejaban de echar lágrimas durante todo ese día y en un momento dado, el novio mismo le pidió que ya no llorara.
La boda que pudo no ser
Charlène Wittstock y Alberto de Mónaco se casaron el 2 de julio de 2011 en ese principado tan mini pero chic. A pesar de verse increíblemente preciosa, la novia no dejó de bajar la cabeza y verse triste durante todo el festejo. Hubo incluso muchos rumores en los medios de que había querido escaparse de Mónaco no una ni dos, sino tres veces, siendo la tercera en una fecha muy cercana a la boda. Y todo por enterarse de que su príncipe azul no tenía ni uno ni dos, sino ya tres hijos naturales, el último con una brasileña con la que se había enredado cuando ya era novio de Charlène. Se comenta también que al final llegaron a un acuerdo económico y la boda siguió adelante. Peeeero, durante su luna de miel en Sudáfrica, la pareja no sólo no compartió cuarto, sino que tampoco durmió en el mismo hotel “por ser así más práctico”. Eso sí que es un romance.
Es más, en su décimo aniversario de bodas en 2021, la pareja no estuvo en el mismo lugar.
¿Qué le quita la felicidad a la princesa Charlène de Mónaco?
En 2021, Charlène viaja de Mónaco a su tierra natal para tratarse una infección otorrinolaringológica que al parecer fue el comienzo de todos sus males. Posteriormente regresa al principado para casi inmediatamente volver a salir ahora a Suiza para tratar su “agotamiento” físico y mental. En este tiempo la vemos aparecer en diciembre del año pasado con un corte de pelo rapado de un lado y muy corto, lo que por supuesto levanta muchas sospechas.
Ahora reaparece el 17 de abril primero en la foto de Pascua familiar con Alberto y sus gemelos Jacques y Gabriella y después, el 30 de abril, en el E-Prix de Mónaco. La vemos muy decaída y se rumora que la razón es la mala relación que tiene con su cuñada Carolina quien supuestamente le tienes celos, ya que mientras Charlène estuvo fuera, fue Carolina la que tomó su lugar en los actos oficiales y ahora tendrá una vez más que volver a su segundo puesto.
Desafortunadamente, pocos creen ya en esa versión.
La verdad no se puede esconder
Charlène hace su primera aparición pública, como ya mencioné antes, el 30 de abril en el E-Prix de Mónaco. Su cambio deja mucho que pensar. Alguien por ahí alguna vez dijo: “Cuando una mujer se cambia el corte pelo es porque quiere cambiar de vida”. Nada más claro que en este caso. Charlène aparece con el pelo muy corto, color platinado. Trae puesto un traje sastre gris oscuro que ni le suma ni le resta. Es decir, parece que se viste para no llamar la atención. Pero eso no es lo peor: en todo momento su mirada es de tristeza. Parece que agacha la cabeza, la relación con el príncipe Alberto es distante, no se acercan en ningún momento. Ella sólo tiene contacto físico con su hija y se nota como si estuviera alejada de la familia, en sus propios pensamientos y sin querer hacer contacto o expresar ningún tipo de emoción. Por experiencia personal, creo que esto lo hacemos cuando estamos deprimidos, a disgusto o nos sentimos atrapados en una situación.
El futuro del principado
Si los rumores son ciertos, Charlène y su príncipe no tan azul, firmaron un contrato para mantenerse casados durante cinco años, pero consintiendo tener al menos un hijo. Resulta que los gemelos cumplirán 7 años a fines de este 2022. Ya nos enteraremos si los chismes publicados desde que esta pareja decidió casarse resultan ser ciertos, si en realidad ella sólo está pasando por un mal rato debido a su enfermedad, o si logran salvar la relación. En todo caso, nos urge ver a Charlène con mejor cara.
Lee también: La reina Letizia asiste a los ‘Premios Reina Letizia 2022’ con un vestido de la marca MANGO
#ReginaTeLoCuentaMejor
