Alberto de Mónaco está molesto. Seguramente siente una gran presión por la ausencia en el principado de su esposa Charlène desde mayo pasado. Además, debe existir una preocupación genuina sobre la salud de la exnadadora, quien permanece en su natal Sudáfrica. La esposa del príncipe no ha logrado recuperarse al 100% ni de las cirugías, ni del tratamiento para salir de una fuerte infección en oído, garganta y nariz.
Por si fuera poco, el matrimonio de Alberto y Charlène sufre de constantes críticas por una supuesta crisis matrimonial y señalamientos de que el divorcio entre ambos es inminente. Una tía del príncipe fue quien aseguró que las cosas en el principado están sujetadas con pinzas y es cuestión de tiempo para que se dé el anuncio oficial.
La ausencia de Charlène ha sido larga, pero sobre todo, dolorosa para sus hijos Jacques y Gabrielle. Los pequeños de casi siete años pasaron gran parte del verano alejados de su madre. Son ya más tres meses sin ella y quizá… todavía falte más.


La incertidumbre ha dado pie a malos comentarios de los que el príncipe Alberto, de 63 años, ya está cansado. Aunque el principado prefiere guardar los detalles de su vida personal en la intimidad, esta vez su Alteza ya no pudo más.
“Charlène no se fue por berrinche”
Alberto de Mónaco
La situación para Alberto no es la mejor. Él ha tenido que dar la cara esta vez y, sobre todo, callar de una vez por todas esos falsos rumores sobre su matrimonio. Para empezar, el príncipe aclaró el porqué de la ausencia de su esposa. “No se fue porque estuviera enojada conmigo o con cualquier otra persona. Iba a viajar a Sudáfrica para reevaluar el trabajo de su fundación ahí y tomarse un tiempo libre con su hermano y algunos amigos”, confesó su alteza a la revista People.
Alberto reconoció que su ausencia comenzó a alargarse por problemas de salud. “Se suponía que solo sería una estadía de una semana, un máximo de 10 días. Pero ella está todavía ahí debido a que tenía esta infección y surgieron todas estas complicaciones médicas”, advirtió el príncipe.
Cabe mencionar que al no poder viajar, finalmente Alberto decidió visitarla hace apenas unas semanas para que también pudiera ver a sus hijos. El encuentro llenó de energía a Charlène, de 43 años, quien ya había sido sometida a una cirugía para tratar su fuerte infección. Después de disfrutar a su familia y prácticamente anunciar su fecha de regreso a Mónaco, tuvo que ser llevada de emergencia al hospital la semana pasada. Antes de esta penosa situación, Alberto había asegurado a la prensa que su esposa estaba lista para regresar al principado en el mes de octubre. Las causas de esa repentina entrada al hospital quedaron ocultas.
Pero Alberto fue claro durante la charla con la revista. “Ella no se exilió”, respondió tajante. Y es que ha sido sumamente cansado para el matrimonio de Mónaco enfrentar todo tipo de críticas que sin duda, afectan de manera emocional.
“Probablemente debería haber abordado estos rumores antes. Pero me estaba concentrando en cuidar a los niños”
Príncipe Alberto
“Pensé que probablemente esto desaparecería. Sabes que si intentas responder todo lo que sale, estás perdiendo el tiempo”, reconoció el hermano de Carolina y Estefanía. Sin duda su silencio, le ha cobrado factura. “Por supuesto que esto la afecta a ella, por supuesto que me afecta a mí. Leer comentarios de este tipo siempre es perjudicial. Somos un blanco fácil, fácil de alcanzar porque estamos en el ojo público siempre”, reconoció Alberto de Mónaco.
Ya veremos si es el mes de octubre cuando Charlène efectivamente pueda estar de vuelta en el principado.