En una ceremonia privada y de la que poco sabemos, el príncipe Harry y Meghan Markle bautizaron a su primogénito pero… ¿Por qué tanto hermetismo alrededor de la vida de los Duques de Sussex?
Desde hace más de dos meses, cuando anunciaron que no presentarían en público a su hijo ante la prensa a las afueras del hospital, como ha marcado la tradición en la casa real británica –y otras casas reales- una ola de críticas se volcaron hacia Harry y Meghan; los ingleses y fanáticos alrededor del mundo exigían que el pequeño fuera mostrado al mundo. Mientras tanto Meghan y Harry preferían manejar el nacimiento de su hijo en la más estricta privacidad. Las opiniones se dividieron, unos pedían Harry continuara con la tradición y otras apoyaban el derecho a cuidar la intimidad de su familia, pues bien tras el bautizo y los recientes comentarios y opiniones, como experta en la fuente de realeza les diré mi más sincera opinión.
El sábado muy temprano el pequeño Archie Harrison fue bautizado en la capilla privada de la reina Isabel, la reina no asistió al bautizo, sin embargo los abuelos, los Duques de Cambridge y las hermanas de la princesa Diana estuvieron presentes, posaron para la foto oficial que se publicó pocas horas después. ¿Y los padrinos? No lo sabemos, según fuentes cercanas Harry y Meghan quisieron mantener las identidades en privado por tratarse de ciudadanos comunes y corrientes. No sería la primera vez que personas que no pertenecen a casas reales o que no cuentan con un título nobiliario bautizan a un bebe de la realeza. No tendría por qué afectarles revelar su identidad, al contrario, deberían sentirse honrados de haber sido elegidos como padrinos de este pequeño.
Archie Harrison Mountbatten-Windsor, es miembro de la familia real tenga o no tenga un título nobiliario, sus padres decidieron este no llevara alguno para darle oportunidad de llevar una vida “normal”, tal como lo hiciera la princesa Ana con sus hijos Peter y Zara Phillips. Sin embargo la princesa jamás negó a la prensa acceso a los nacimientos, bautizos o eventos importantes en la vida de sus hijos, ella tenía muy claro que por más ciudadanos comunes que fuesen no dejaban de ser los nietos de la reina de Inglaterra.
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Harry y Meghan desean a toda costa proteger a su hijo, pero se les olvida un pequeño detalle, forman parte de la familia más publica del mundo; nuevamente como anteriormente en otra entrega comente “si Meghan no quería exponer a sus hijos a los medios, no debió casarse con una personas que no fuera tan pública”. Ahora es verdad que tienen derecho a su privacidad, pueden hacer muchas cosas libremente sin tener que informar a la prensa de sus actos, pero un hecho como el nacimiento y bautizo de sus hijos, es imposible, muchos ingleses lo toman como una ofensa por parte de ambos, tanto de Harry que un día será el hijo del rey, como de Meghan que es una mujer americana que se casó con un miembro de la monarquía británica.
Finalmente mostraron fotografías oficiales, pero mantuvieron la información privada, la estrategia que Harry y Meghan han ido manejando lejos de ser buena resulta perjudicial para su imagen, los eventos que se han desencadenado y la reacción del público ha sido negativa: dejar de seguir a los Duques de Cambridge en Instagram, separar las oficinas, dejar la fundación que creo Harry con su hermano, no felicitar propiamente a William por su cumpleaños, esos sin mencionar que los rumores de un distanciamiento entre hermanos y una enemistad entre Kate y Meghan prevalecen.
Como consultora en imagen pública puedo decir que Harry y Meghan tienen derecho a crear su propia fundación, tienen derecho a formar un vínculo como pareja y ahora familia, lo que no pueden hacer es continuar con los desplantes hacia los ingleses, no pueden olvidar el protocolo ni pretender que son cuidadnos como cualquiera, porque no lo son, y no lo dejaran de ser. Sus sueldos son pagados con los impuestos de todos los ingleses, lo menos que estos se merecen es respeto y atenciones.
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A lo mejor sueno anticuada pero aunque Meghan representa la evolución de la familia real, la inclusión y la aceptación, ella también debe entender que no por el hecho de haber sido aceptada en la familia de su esposo significa que puede llegar a cambiar las reglas e imponer las suyas, toda plebeya que ha entrado a formar parte de la monarquía lo ha hecho, incluso cuando los padrinos de bautizo no cuentan con un título. Y así continuaremos viendo como la lucha por mantener su vida pública en privado se desarrolla, contra toda crítica, aunque honestamente no le encuentro ningún sentido, en palabras de la propia reina Isabel II “ellos están para servir al pueblo inglés”, no para dividirlo.
XOXO,
Eugenia Garavani