Mark Fleischman, el creador del icónico lugar que fue EL punto de reunión de ricos y famosos en la década de los 80; donde Madonna, Boy George, Jean-Michel Basquiat, Lionel Richie, Duran Durán, Andy Warhol, Los Jackson y muchos más, actuaron y disfrutaron de las noches neoyorquinas hasta que cerró sus puertas, hoy tiene 82 años y está decidido a llevar a cabo la eutanasia en su persona.
El magnate planea un suicidio asistido el próximo 13 de julio con la ayuda de la organización Dignitas en Suiza. En una declaración al New York Post, Fleishman comentó: “No puedo caminar, casi no puedo expresarme bien y no puedo hacer nada por mí mismo”. Y agregó: “Mi mujer me ayuda a meterme a la cama; no puedo ni vestirme ni ponerme los zapatos”.
En el 2016 Fleischman empezó a tener problemas de movilidad. Inicialmente fue diagnosticado con Parkinson, aunque hasta el día de hoy no tiene un diagnóstico definitivo.
Después de intentar acabar con su vida una vez, deprimido por no poder mover una pierna, situación de la cual lo rescataron los paramédicos, su esposa lo convenció de buscar la manera de hacerlo donde fuera legal.
¿Qué es Dignitas?
Dignitas es una organización especializada en suicidio asistido, fundada en Suiza en 1998. “Vivir con dignidad, Morir con dignidad” es el lema de la clínica. Ahí estudiaron el caso de Fleischman: “Me hicieron preguntas para asegurarse de que hablaba en serio. Tuve que proporcionar una declaración jurada ante notario, confirmando que quiero morir. Tuve que ir con un psiquiatra para confirmar que estoy en mi sano juicio; proporcioné todo esto y me dijeron que me querían ahí.
Mark Fleischman, el rey de la noche
De su época como rey de la noche, el magnate recuerda: “Me lancé con todo mi corazón entreteniendo a las estrellas más grandes del mundo con champán y cocaína”.
Fleischman fue parte del periodo de tiempo en el que se inventó la píldora anticonceptiva y surgió el VIH. Studio 54 era un lugar en el que las celebridades se codeaban con gente desconocida. Los homosexuales y los heterosexuales se divertían en la misma pista y las drogas estaban presentes en todos los rincones del club.
Para los más discretos, Fleishman ofrecía rayas de cocaína, todas del mismo tamaño, en el escritorio de su oficina… solo para los VIP.
Después de cerrar el lugar, Fleischman terminó en el centro de rehabilitación Betty Ford a petición de su esposa, aunque fue en Rancho La Puerta –al que ingresó varias veces–, donde finalmente se pudo liberar de las adiccsiones y entender lo que era estar “limpio”. Estar rodeado de la naturaleza le permitió vivir más tiempo, declaró el magnate en el 2017.
En espera del final
El 8 de julio el empresario viajó a Suiza acompañado de su esposa Mimi, con quien se ha instalado en una villa con vista al lago. “Después, el miércoles, iremos al apartamento que tiene Dignitas. Tomaré un trago, me dormiré y ya está”.
Mimi Fleischman, su compañera de vida, estará a su lado.
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