Ivana Trump deja una jugosa fortuna a sus tres hijos tras fallecer el pasado jueves debido a un trágico accidente en su townhouse de Manhattan.
Ivana Trump y la nada despreciable herencia que deja a Donald Jr., Ivanka y Eric
Después de divorciarse de Donald Trump, Ivana comenzó a amasar su propia fortuna. Gracias a su sagacidad en el mundo de los negocios, usó a su favor el interés que había desatado en la prensa y se dedicó a crear varias empresas. Entre ellas, Ivana Inc. e Ivana Haute Couture. A través de ellas, se dedicó a vender ropa, joyería y productos de belleza por medio de los canales de compra por televisión.
También fue durante esta época que adquirió la ostentosa casa cercana a Central Park, en donde finalmente perdió la vida.
Aunado a lo anterior, Ivana escribió dos libros entre 1995 y 2017 en los que relató sus experiencias de vida con el magnate y con sus hijos, además de una columna en el diario Globe, una revista, “Ivana’s Living In Style” y participó en algunos programas de televisión autobiográficos.
Por si fuera poco, en 1998 adquirió el 33% del segundo periódico más grande de Croacia.
La exmodelo y esquiadora nacida en la antigua Checoslovaquia comunista ahora hereda a sus tres hijos, tras su muerte, la nada despreciable cantidad de $100 millones de dólares.
Ivana forjó su propia fortuna tras divorciarse de Trump
La primera esposa del expresidente Donald Trump tenía un gran olfato para los negocios; fue ella quien ayudó al magnate a construir e impulsar su imperio en los bienes raíces. A lo largo de su matrimonio y, a medida que florecía la empresa, la pareja firmó cuatro acuerdos prenupciales. Tras su muy mediático divorcio que finalizó en 1992, Ivana recibió un total de $14 millones de dólares, la mansión familiar de 45 cuartos en Greenwich, un departamento en el edificio Trump Plaza en el este de Manhattan y acceso a la mansión de Mar-a-Lago en Florida durante un mes cada año. También obtuvo de Donald $650,000 dólares anuales adicionales para la manutención de sus hijos. Sin embargo, inquieta como era, la empresaria creó sus propios negocios que la mantenían viviendo de forma opulenta entre Manhattan, Miami y St. Tropez, a donde tenía planeado viajar el día posterior a su muerte para pasar todo el verano.


La amiga de Ivana revela que ya había advertido que la escalera por la que cayó era peligrosa
Ivana tenía, a sus 73 años, problemas de cadera. De hecho, en sus recientes apariciones se presentaba siempre apoyada en algún asistente, pues le costaba ya mucho caminar. Su íntima amiga, Nikki Haskell, confesó en entrevista con ExtraTV que temía que Ivana se cayera por las escaleras de su propia casa porque las consideraba “imposibles de descender”. Se trataba de una escalera de caracol que atravesaba los siete pisos de la mansión. Según Nikki, era muy engañosa pues era angosta en su parte interior y se iba ensanchando hacia afuera. A pesar de que tenía una alfombra gruesa, a partir de los 65 años de edad, cualquier escalera puede resultar peligrosa, pero una con este diseño todavía es peor.
Resulta irónico que Ivana había pasado toda la pandemia encerrada pues temía contagiarse del virus. El viaje a St. Tropez sería el primero que haría en más de dos años y justamente, es adentro de su casa donde termina por perder la vida. La ex señora de Trump fue encontrada el viernes a mediodía al final de las escaleras. Junto a ella se encontraba una taza de café derramada.