No existen suficientes palabras para terminar de describir la impactante transformación que diste al cine en el mundo, redefiniste la palabra “sensualidad” y con ello le diste un acento a la industria cinematográfica de Francia convirtiéndote no solo en un símbolo sino en su mejor embajadora.
Bella de día, bella de noche, bella a cada instante que le has dejado a la cámara captar tu esencia tan míticamente fría; fría, misteriosa y sensual sin embargo esa fue la clave para que directores, productores, actores y diseñadores cayeran rendidos a tus pies. La manera que tienes de inspirar es una peculiar, una donde revindicas la imagen de la mujer, le diste un giro a los papeles femeninos e las películas, reformaste la imagen de las chicas malas, derribaste los estereotipos de la protagonista romántica y te colaste entre las mejores.
Hoy a tus 75 años te veo caminar la alfombra roja llevando en tus hombros la responsabilidad de ser la máxima estrella del cine francés, pero veo que te enorgullece y lo sabes, modestia aparte sabes que eres un símbolo en tu país, sabes que lograste lo que ninguna otra logro, y disfrutas ser esa diva vestida de Yves Saint Laurent, con tu sonrisa de perfecta modelo de Chanel No. 5, sabes muy bien del legado que has construido, y parece tan sencillo, pero no lo es.
Tenías 21 años, un hijo y una reputación cuando saltaste a la fama en “Los Paraguas de Cherburgo”, todos creían que lo habías conseguido todo valiéndote de tus encantos pero la gran pantalla se encargó de demostrar que la belleza era equivalente a tu talento nato por interpretar personajes extraordinarios. Cuando digo personajes extraordinarios me refiero a que era difícil aceptar esos roles como espectador, pero tu facilidad para darles vida contribuía a que él publico aceptase a la prostituta, a la mujer fatal, a la mujer ambiciosa, tú las convertías en seres invaluables y encantaban por ser tu quien les daba vida, y ahí era donde la magia de tu potencial daba frutos.
En lo personal también supiste escribir tu propia historia, y te dedicaste a luchar por que se te juzgara por tu trabajo y no por tu vida personal, fuiste de una relación compleja a otra mundialmente complicada. Veamos, tuviste un hijo con un hombre casado (Roger Vadim), te casaste con David Bailey para ser feliz, casada con David encontraste al amor de tu vida Marcello Mastroianni, te embarazaste y tuviste que divorciarte de tu marido para estar con el hombre que amabas, aunque este era casado y jamás se divorció de su mujer ¡así o más complicado!
Pero la vida de las mujeres exitosas e interesantes siempre suele ser un poco complicada, la tuya más que complicada fue apasionante, y sigue siéndolo, continuas siendo noticia, siendo admirada y respetada, tu vida se basa en haberla vivido, sin remordimientos, sin inhibiciones, sin tabús, sin cadenas, haz vivido plenamente lo que se te ha puesto en el camino, desde una relación de pareja hasta un personajes desafiante en la pantalla, y de todo has salido vencedora y aplaudida.
Para mí ya eras sencillamente un pieza fundamental en el cine pero también en el movimiento femenino que llaman “feminismo”, yo aplaudo tu valentía para escribir un referéndum y exhortar a mujeres para que dejen de victimizarse y no hablen de lo que no conocen en un mundo donde hoy todas las mujeres de la industria del cine parecen haber sido víctimas de abuso. Aplaudo tu astucia, tu inteligencia para conocer las reglas en el juego llamado “show business”, eso se llama experiencia, sabiduría y muchos pantalones.
A mí me inspiran las mujeres que rompen las reglas y tú las rompiste todas, escribiste tu propio guion e interpretaste tu parte de manera sublime y sin segundas tomas, musa por siempre, diva para la eternidad, sinónimo de elegancia pero más allá de todo modelo a seguir, merci beaucoup Catherine.
ATENTAMNETE
EUGENIA GARAVANI