


Por Marimar Barrientos
Hoy les quiero contar una historia que me sucedió hace unos días. Me hizo reflexionar, y entender varias cosas.Desde hace seis meses, pido unos masajes a domicilio a través de una app del celular. Dos veces al mes, para ser exactos.El domingo lo pedí, y llegó una joven. Le abrí de lejos la puerta y le dije “Pásale, por aquí”. Mi casa es de un piso, así que no había dificultad alguna para llegar al cuarto donde sería el masaje. “Aquí es”, le dije.
Y comenzó a armar la cama donde me haría el masaje. Me llamó la atención que puso la cama en un lugar bastante reducido, siendo que había un lugar amplio, donde todas las masajistas que habían ido, colocaban la cama en ese espacio¿Alguna contraindicación?, me dijo la mujer. “Aquí me pegué el otro el día y me duele bastante. Así que prefiero que aquí no me hagan masaje”, le dije. “¿Dónde?”, me respondió. Y le señalé mi rodilla, repitiendo “aquí”. Hasta que ella me dijo: “Perdón, me puede decir con palabras a qué parte del cuerpo se refiere, porque no veo”. En ese momento me dí cuenta.
Estaba ciega. ¿Cómo no me di cuenta antes”, pensé. Pero luego reflexioné que no me había dado cuenta porque ella hizo exactamente lo mismo que habían hecho las demás masajistas que habían venido a mi casa.Tocaban, les decía por dónde era, entraban al cuarto y colocaban la cama. ¿Cómo estuvo el masaje?, seguro se preguntarán alguno de ustedes. Estuvo excelente.Al terminar platiqué con ella, me dijo que tenía sólo el 10 por ciento de la vista, lo que le permitía únicamente distinguir luces y sombras.
Y cuando se ya estaba por irse, pensé ¿y cómo pide el Uber?, su celular le decía en altavoz lo que tenía que hacer, cada vez que picaba algo de él lo que le permitió perfectamente pedir el coche.Se fue y reflexioné… y es que nunca he vivido algún tipo de discapacidad de cerca, y cuánta falta nos hace entender acerca de esto. De cómo viven, qué oportunidades tienen de trabajar y desarrollarse, de cómo está nuestro país con respecto a esto y sobre todo, cómo está la sociedad en torno a las personas con algún tipo de discapacidad.
La conclusión que saqué de esta experiencia, es que no tengo idea de nada relacionado con esto. Ojalá fuéramos más inclusivos, pero para llegar a esto, hay que estar más interesados, más informados y más conscientes. ¡Qué falta nos hace! Para llegar a una sociedad inclusiva hace falta no ser una sociedad ignorante, con tabúes y falta de conocimiento sobre el tema, y es que como decía Neil Marcus en su frase tan conocida: “La discapacidad no es una lucha valiente o coraje en frente de la adversidad.
La discapacidad es un arte. Es una forma ingeniosa de vivir”, y el domingo más que nunca, me di cuenta de ello.



#reginatelocuentamejor
2 comentarios
Son situaciones que te hacen replantearte muchas cosas de tu vida. Excelente crónica 🙏🏻
😱😱😱😱 queeee!!? 💔💔💔✨✨✨